El incremento de la población, la constante inmigración y el turismo masivo han saturado nuestras carreteras y calles con más coches.
En un territorio pequeño como el nuestro, esto augura un colapso del tráfico. La situación se agrava por la preferencia del sistema por el transporte privado, lo que incentiva aún más el uso del automóvil.
Es esencial adoptar políticas que desincentiven el uso del automóvil particular y promuevan una movilidad más equitativa y respetuosa con el medio ambiente.

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